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28 de junio de 2014

¡Por fin!

El título de esta entrada estaba pensado para reflejar nuestra tardía salida de Donosti. Pero dada nuestra vagancia para escribir el blog (las musas no han querido acompañarnos de momento en el viaje)..., bueno, pues que también vale para un ¡por fin! escribimos.

Aunque en un principio estaba prevista para el 12 de mayo, para desesperación de familiares y amigos, que no veían el momento de perdernos de vista de una vez, cuestiones burocráticas retrasaron nuestra salida hasta el 3 de junio.
Adoptamos rápidamente un plan B y
Y despidiéndonos de Picos de Europa
aprovechamos bien el tiempo que nos regalaron los burócratas largándonos a triscar con las cabras por Picos de Europa, Somiedo y los Ancares, zonas todas ellas tan espectaculares como solitarias en el mes de mayo y que nos ayudaron a liberar un poco la mente de tanta bici, alforja y toda la preparación del viaje. En Asturias nos reencontramos con nuestros buenos amigos David y Kajsa, con quienes recordamos nuestras aventuras por Senegal.

Pero al final todo acaba llegando y el 3 de junio por la mañana montamos las alforjas sobre las bicis y empezamos a pedalear desde nuestra casa en la Parte Vieja de Donosti. ¡Por fin!


Interminables playas del Atlántico
La sensación inicial es magnífica: se terminaron los preparativos, las compras de material,  las dudas y las planificaciones, ¡liberación!, ya solo hay que pedalear, mirar al horizonte y llegar a él, disfrutar del paisaje, de la compañía y de lo que vaya ocurriendo en el camino. ¡Bieeeeeennnnnnnn!

El itinerario es sencillo: llegar a Hendaya en la frontera francesa y, desde ahí seguir la costa atlántica por Biarritz, Bayona, las Landas, Arcachon, La Rochelle, hasta Nantes. Todo ello es un tramo de la Vélodyssée o Eurovélo 1. Llegados a este punto, con flexibilidad para algún que otro desvío, se sigue el curso del Loira hasta su nacimiento (Angers, Saumur, Tours, Amboise, Blois,
Camping sauvage
Orleans,...; ruta llamada Loire à vélo y que forma parte de la Eurovélo 6). Exceptuando alguna cuestecilla en el país vasco francés, el camino es prácticamente plano y en su mayoría por vías ciclistas o carreteras con poco tráfico, lo cual nos vino
genial para ir rodando y habituando nuestros cuerpos serranos y, en particular, nuestras sufridas posaderas, a los rigores del cicloturismo.

Escribimos estas líneas desde un hotelito a unos metros del Loira, en Ousson sur Loire. Aprovechamos que hoy está lloviendo para recluirnos y poner al día el blog, bajar fotos, subir tracks, emails, etc. No está del todo mal que llueva de vez en cuando.

La Rochelle y sus bicis
Hasta aquí, todo ha salido a pedir de boca: buen tiempo (aunque tres noches seguidas, tres, nos cayeron sendas tormentas, con granizo incluido, sobre nuestra humilde tienda de campaña), preciosos paisajes ya sean de bosques, playas o ríos, ningún percance, accidente o avería. ¡Ah!, y lo mejor y más importante: croissants, pains au chocolat, pains aux raisins y otras delicias francesas a tutiplén, pues necesitamos mucho aporte energético para compensar el trrrremendo desgaste que están sufriendo nuestros cuerpos.

Hasta ahora nos han gustado especialmente la blanca y marinera La Rochelle, algunos pueblecillos de la costa como Pornic (más que nada porque con ese nombre no nos esperábamos nada bueno), la interesante y cosmopolita Nantes, el reencuentro con Eric y Naoko en Tours y
El puerto de Pornic
el Loira, no tanto por sus imponentes castillos/palacios, los inmaculados pueblos a sus orillas (cuánta pasta tienen estos franceses) y la cantidad de majestuosos puentes que lo cruzan, sino por lo sorprendentemente salvaje que es, llena de aves en sus bancos de arena, ranas que croan como posesas durante los preciosos y cuasi africanos atardeceres y, desgraciadamente, nubes de mosquitos. Éstos, que la mayoría son de los que no pican, son tan, pero tan abundantes, que cuando salen por la tarde hay zonas en las que no puedes ni abrir la boca...

Nuestra tienda de campaña, alias "chateau de Chambord"
En cuanto al ciclismo en sí, en fin, supongo que Bego y yo tendremos visiones diferentes :o), pero creo que se puede decir que nos lo estamos tomando con calma: hemos rodado 1.500km en casi cuatro semanas, no hacemos muchos kilómetros al día (60km/día de media), nos ponemos a pedalear a horas más que civilizadas (suele ser a eso de las 10 de la mañana) y el terreno (llano) y los caminos (casi todo asfaltado o buen camino) ayudan a que rodar no resulte demasiado exigente. La escasa dureza del camino lo confirma también el hecho de que, si exceptuamos a algunos niños despistados, el resto de los ciclistas son como mínimo sexagenarios. Uno se siente en plena juventud por estos caminos. Supongo que en junio la mayoría de la gente está (estáis) currando :o). Algunos parece que van en bici a la morgue. Eso no impide que nos pongamos contentos y nuestro ego se inflame cuando pletóricos de energía y potencia adelantamos a otros ciclistas. (Lo de que la adelantada sea una abuelita que es un milagro que vaya en bici no hace falta mencionarlo.)

Puesta de sol sobre el Loira
Estamos, por tanto, en un escenario precioso en condiciones perfectas. Probablemente es lo adecuado para empezar el periplo ciclista que planeamos..., pero es de momento un viaje apto para familias, no esperéis aventura, situación desconocida o exotismo en este relato viajero. Paciencia, si permanecéis atentos, todo se andará.

Un abrazo y hasta la próxima

Mules frites, cómo les gusta a los franceses!

Pasta en una caja, cuándo llegará a Donosti?

Pescadores de mar

Pescadores de río
Luna sobre el Atlántico

Super catedral de Orleans
Viñedos del Loira
Beauty is in the eye of the beholder
Castillo de Sully sur Loire
Yo corro más que tú

Desayunos en Francia

Tours

9 comentarios :

  1. Si, muy bonitas las fotos pero falta la foto de alguna francesita

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    1. Mira bien la quinta foto, "La Rochelle y sus bicis"..., y cambia de lentillas

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    2. entonces lo que falta es la foto de un frnacés! y no me digas que con el del coche que no se le ve..

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  2. Que conjuntadicos que vais, oye!. Todo de rojo el, todo de azul ella. Todo mu profesional.
    Eso si, las fotos muy chulas y el relato muy interesante. A seguir pedaleando.

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  3. Hoy he visto una parejita de ciclistas por la Vía de la Plata y me he acordado de vosotros...

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  4. Se echa en falta una fotico con el pañuelico de San Fermín.. Hugo, a pesar de los desayunos calóricos franchutes, no sé el motivo exacto, pero se te ve algo más flaquillo. A Bego se le ve bien alimentada y lozana. Muy bonitas las fotos en Francia, que a pesar de estar lleno de franceses es un país alucinante no? Bonne route!

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  5. El pañuelico se ha quedado en casa, que había que mirar el peso. Y hablando de peso, tus palabras sobre la lozanía de Bego no han sido muy bien recibidas (creo que sus palabras exactas han sido "lo mato"); tienes suerte de que estemos de viaje... Y sí, Francia es un país alucinante, reconozco que bastante desconocido para mí, a pesar de haber venido unas cuantas veces. Y como comentaremos en el próximo blog, hasta los franceses pasan con nota...

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  6. nada más leeros dan ganas de coger la bici y desaparecer. ¡también dan ganas de comer cruasanes!! hablando de cruasanes lo que dice tu amigo de que a bego se la ve más lozana, está claro, pero es tono muscular lo que ella tiene (y juventud), en cambio tú siempre has sido más tirillas.
    aquí no hay quien coja la bici, o sí, pero con riesgo de perecer ahogado bajo alguno de los chaparrones que no dejan de caer. ¡Y qué chaparrones! el sirimiri pasó a la historia.
    muchos besosos

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  7. Fotazas!!

    A seguir así de bien, pareja.

    Salud y buen pedal!!

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