Páginas

17 de abril de 2020

La península de Musandam. Omán (3)

El fuerte viento de cara que sufrimos pedaleando de camino a Shinas o el hecho de que la víspera la web de la naviera no nos permitiera comprar el pasaje, ya nos deberían haber dado alguna pista. La verdad es que ya nos imaginábamos algo, pero como en la naviera nadie nos cogía el teléfono y la esperanza es lo último que se pierde, ahí nos presentamos en el puerto de Shinas con nuestra mejor sonrisa. Desgraciadamente, las recepcionistas se encargaron, entre bocado y bocado, de confirmar que el ferry a Musandam, nuestro destino, estaba cancelado por fuerte viento y mala mar. No estaba retrasado, sino cancelado, lo que implicaba tres días de espera hasta el siguiente barco.

Para los que, como yo antes de venir por aquí, no tengáis clara la geografía de la zona, la península de Musandam es un exclave de Omán, separado del resto del país por Fujaira, un emirato perteneciente a Emiratos Árabes Unidos. Este emirato a su vez alberga otro exclave de Omán a mitad de camino, Madha. Exclave de Omán que, también a su vez, alberga otro exclave de EAU, Nahwa. Clarísimo, ¿verdad? Pues ahora que ya tenéis un mapa exacto, preciso y detallado en la cabeza, seguimos.

8 de abril de 2020

Desiertos y montañas de Omán (2)


Separados como están por una buena cadena montañosa, históricamente la costa y el interior de Omán han ido bastante por libre, con guerras, desacuerdos, uniones y desuniones entre ambas regiones hasta que, por fin, en 1959 la costa venció con ayuda de los británicos la Jebel War o guerra de la montaña y casi, casi, unificó el país. Para acabar de conformar el Omán que conocemos hoy en día todavía quedaba la rebelde región sureña de Dhofar, junto a Yemen, que se acabó de unir al resto del país -parece que a regañadientes- en los años 70 del siglo pasado. Bueno, lo de unidos es un decir, porque Dhofar sigue físicamente separada del resto de Omán por unos 900-1000 km de puro desierto, una zona seguro que con menos densidad poblacional que Teruel o Soria: la "Omán vaciada".

Si las jornadas anteriores pedaleábamos bordeando el mar, ya sea el Golfo de Omán o el Mar Arábigo, ahora lo hacíamos bordeando el precioso desierto omaní. En un par de ocasiones dirigimos nuestras pedaladas para adentrarnos en él y disfrutar de ese mar de arena. Por suerte, bien hay poblaciones que tienen el desierto encima y basta con pedalear por las calles del "extrarradio" para sentirse en el desierto, bien hay carreteras asfaltadas que cortan por el medio de las arenas del desierto durante varios kilómetros y uno puede verse prácticamente rodeado por arena sin necesidad de empujar nuestras pesadas bicis por ella, solo lo justo para separarnos unos metros de la carretera y acampar entre dunas. Estas espectaculares montañas de arena pueden llegar hasta más de cien metros de altura (en algún sitio he leído hasta 300 m) y con Google Earth se ve cómo todas están dispuestas en líneas regulares de norte a sur, desplazándose por efecto de los vientos hacia el interior unos diez metros al año. Como si en la vecina Arabia Saudí no tuvieran suficiente arena ya.