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20 de julio de 2017

Laos de sur a norte: ¡sabaidee, sabaidee, sabaidee, sabaidee,...!

Sabaidee! -hola en lao- es el grito de guerra que uno oye constantemente en Laos, repetido una y mil veces por todos los laosianos, pero especialmente por todos los niños del país... y en este país hay muuuuchos niños.

No fue un cordial y amistoso sabaidee lo que nos encontramos en la inmigración laosiana, sino la petición de una (pequeña) corruptela, aunque al final, como ya contábamos en la anterior entrada de este blog, nos mantuviéramos incólumes y todo transcurriera sin más historia.

Pedaleamos unos pocos kilómetros por carreteras casi desiertas -recalando primero en la no especialmente llamativa catarata más ancha del sudeste asiático- hasta la zona conocida como de las cuatro mil islas. En esta región del sur de Laos el Mekong, río por cuya vecindad pedalearemos durante unos cuantos cientos de kilómetros, se ensancha hasta llegar a los 14 kilómetros y en su curso hay, no sé si cuatro mil, pero sí un montón de islas. Especialmente dos de ellas, Don Det y Don Khon, son destinos de viajeros independientes. Bueno, y de algún grupo de chinos también. Se llega en una estilizada lancha motora en plan explorador y, aunque nada queda por explorar en estas islas llenas de mochileros, se disfruta de un ambiente tranquilo y relajado, sobre todo en la sureña Don Khon.