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11 de noviembre de 2019

Y colorín colorado...

Bicis, bolsas y nuestros cuerpos serranos, todos llegamos indemnes a Barajas desde San José, Costa Rica, en lo que acababa de suponer el último trayecto en avión de este viaje. Ya estábamos de vuelta en España y nuestra llegada a Madrid suponía el principio del fin. Un principio del fin con estilo, bien sûr: los años de (relativas) penurias y estrecheces no nos habían preparado para nuestra estancia a papo de rey en la madrileña morada de nuestros amigos Íñigo y Cris. Fue sentirse como en casa desde el minuto cero, pero en una casa de lujo, como de lujo fue la compañía.