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6 de diciembre de 2015

Nepal: selvas y montañas, ortoquakes y crisis constitucionales

Ya el formulario de inmigración para entrar en Nepal nos dio buen rollo. En lugar de las habituales dos casillas a elegir en el apartado de sexo, aquí se incluye una tercera: hombre, mujer, otro. En Nepal. Unos metros más allá de la frágil caseta de inmigración, la oficial de aduanas nos dejó pasar sin control alguno, con un sonrisón y un alegre "¡Namasté!", saludo que ya no dejaremos de escuchar a diestro y siniestro durante nuestra estancia en el país. Carreteras tranquilas y en buen estado, precioso paisaje rural, cerveza disponible en todas partes, una mezcla relajada de gente en ropa tradicional y moderna, gente guapa y sonriente... Todo apuntaba a que Nepal, país que ya habíamos visitado en varias ocasiones anteriormente, nos iba a gustar tanto como en el pasado.