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24 de febrero de 2016

"Viajamos no para cambiar de lugar, sino de ideas". Nepal: de Katmandú al nordeste de India

Quiero pensar que nuestro sobrepeso tras la vorágine gastronómica de las dos semanas donostiarras, durante las cuales dejamos a madres, bares y restaurantes sin existencias, nada tuvo que ver con el terremoto de 5.5 puntos que golpeó Katmandú una tarde al poco de llegar. Todo se movió, la gente soltó algún que otro grito, salió a la calle con cara de circunstancias (está muy reciente el terremoto asesino de 2015)... y, por suerte, poco más, si exceptuamos varios mini terremotos días después.

Bienvenidos a Nepal.

Amenizados por los terremotos en Katmandú y mientras esperábamos pacientemente a que los burócratas nos gestionaran los visados de India, Myanmar y China, aprovechamos para hacer algo de turismo. Parece ser que el lugar más sagrado para los hindúes en Nepal es Pashupatinath. Entre otras cosas en él se celebran cremaciones funerarias, lo cual da al conjunto de templos no solo un cierto morbo entre los guiris, sino también un ligero olor a barbacoa o a bodegón chuletero. A pesar de su santidad, el río junto al cual se llevan a cabo los ritos funerarios es un auténtico basurero. Delante de nosotros, el pañal que había recogido todos los fluidos corporales postmortem de un recién fallecido, se lo quitaron durante el último lavado y fue directamente al río. Todo el proceso resultó una visión, ejem, muy agradable, como os podéis imaginar.
Aglomeración de cadáveres en Pashupatinath. En la foto, tres preparándose y uno cremándose.
Los currelas de las cremaciones -que, si no estoy confundido, han sido históricamente de la casta más baja- preparan el lugar de la incineración con ramas y maderos de diferentes grosores, sobre el cual colocan el cadaver. Éste ha sido previamente acercado al río por una rampa, se le han mojado los pies y se le ha "aseado" un poco con el agua sagrada y medio putrefacta del río. Es en ese momento cuando a veces se acercan algunas mujeres a llorar a voz en cuello al finado. Cubierto con telas de colores blanco y azafrán, se le traslada a la pira, girando previamente a su alrededor varias veces en el sentido de las agujas del reloj. Una vez colocado, sobre el cadaver se colocan más troncos, se enciende la hoguera y... Las cenizas, por supuesto, se vierten sobre el río.

Además de los templos principales y del morbo de la cremación, el paisaje que rodea el lugar parece sacado de un libro de Kipling, con un bosque lleno de monos y cuajado de templetes, cada uno de ellos con una representación del falo de Shiva. Vaya fijación con los falos que tienen estos chicos...

El atento lector de este blog recordará que Nepal lleva varios meses sufriendo un desaprovisionamiento de casi todo por el cierre de fronteras con India. A nuestra llegada en esta última ocasión las colas en las gasolineras seguían siendo kilométricas, tanto o más que en octubre pasado, a pesar de lo cual el tráfico en Katmandú era denso. Parece que por puro cansancio de los manifestantes del Terai, además del creciente contrabando, las fronteras eran cada vez más porosas y poco a poco todo va volviendo a la normalidad. Lo malo es que, según las malas lenguas (y el editorial de algún periódico), algunos sectores del Gobierno han estado participando en el mercado negro de combustible y no tienen interés en que se solucione el asunto. El caso es que días después de que los camiones cargados de mercancías, gasolina, etc., hubieran cruzado las fronteras, seguían faltando productos...

Pero nuestros suministros sí llegaron. Conseguir los recambios para las bicis que habíamos pedido por internet nos obligó a hacer varias visitas a Correos, en donde nos topamos con la ineficiencia administrativa nepalí. Primero una fiesta nacional y un día de luto por la muerte de un exprimer ministro cerraron Correos durante un par de días y frenaron el proceso. Con eso en mente, tuvimos
Templos de Katmandú
que meternos "hasta la cocina" de los almacenes de Correos para que los paquetes que se estaban acumulando fueran debidamente abiertos e identificado su contenido. Ni cortos ni perezosos, nos encargamos para ello en trasladar aquellos paquetes que venían de Alemania (el origen de nuestro envío), a los primeros puestos de la cola, mientras lanzábamos indirectas al personal para que los abrieran (abrirlos nosotros ya hubiera sido un poco mucho). El resto de paquetes..., en fin, qué se le va a hacer, ahí seguirán. Ahí estaban. Después, impresos, sellos, firmas, tasas e impuestos que pagar, todo el conjunto de la más rancia y casposa burocracia nepalí. Menos mal que le dimos pena a un empleado y nos fue llevando de la mano de un sitio para otro. Al final, todo llegó y, para lo que podía haber sido, bastante rápidamente.

De vuelta a la carretera y sus colores
Con los visados y recambios por fin en nuestras alforjas abandonamos Katmandú dirección sureste. Un gustazo volver a coger las bicis, aunque tal vez nuestras posaderas no estuvieran tan de acuerdo. No en vano han sido más de dos meses sin pedalear. Al tercer día más de 1.650m de desnivel acumulado en unas bicis más cargadas de lo habitual (pues esos repuestos antes mencionados pensábamos colocarlos y finalmente no lo hicimos) castigaron nuestras piernas. Pero como decía Buda (que, por cierto, era nepalí): "si tiene solución, ¿por qué lloras? Si no tiene solución, ¿por qué lloras?" Sin llorar, pero... ¡qué rápidamente pierde uno la forma!

Sin embargo, como seguramente decía el amigo Newton, todo lo que sube termina bajando y así bajamos y bajamos hasta los 60m de altura a los que está Janakpur. Me sigue alucinando que el Everest, con sus 8.848m de altura, esté a menos de 170km a vuelo de pájaro de una ciudad que está solo a 60m de altura. Qué subidón. Un día este país se va a escurrir y va a terminar en la India...

Pinturas Mithila
A la India nos pareció llegar cuando entramos en Janakpur, muy cerca ya de este país. Los colores, las ropas y, sobre todo, el ruido eran claramente indios. Y la comida: ¿dónde si no te ponen sal y pimienta en las tostadas del desayuno, para "darles un poco de sabor", como nos dijo el cocinero? Vencidos, les pusimos un poco de mantequilla y mermelada sobre la pimienta y nos las comimos.

En Janakpur y alrededores no ven mucho extranjero no indio que digamos, y fuimos el foco de todas las miradas mientras visitábamos sus calles, templos y lagos. Esta ciudad es el centro de la cultura Mithila, un tipo de pintura cada vez más popular en occidente (me temo que yo no estoy muy puesto en arte etno-contemporáneo), realizada por mujeres sobre los muros de las casas desde hace por lo menos 1.300 años, y que refleja con mucho color y con una técnica un tanto naif escenas de la vida cotidiana rural del Terai.

Arena y más arena por las "carreteras" secundarias del sureste nepalí
Abandonando la carretera principal, recorrimos con cierto esfuerzo caminos arenosos y pedregosos que nos condujeron por campos de caña de azúcar, plantaciones de plátanos y alguna cosa más (a saber), por ríos que tuvimos que vadear para cruzar, por la vecindad de unas gentes curiosas que nos rodeaban nada más detenernos y por pueblos paupérrimos, Decía antes que el sur de Nepal era como India, pero debería haber dicho que era como África. Hay pueblos que no tienen electricidad, ni agua corriente, las casas son de adobe o, más comúnmente, miserables chozas de caña y paja. Todo el combustible es estiércol con paja, estiércol de esos pedazo búfalos que están por todas partes y comparten casa con sus dueños.

Con tantas horas en la bici, uno puede hasta ponerse a pensar (en mi caso no es muy habitual, no creáis): ¿por qué es tan pobre Nepal? ¿Orografía, historia, colonialismo, religión, castas, corrupción, falta de recursos, desastres naturales,...? Creo que ya he dejado de intentar comprender...

Visitando las oficinas de expertos en micro-créditos
Gracias a gente como Pankaj Kumar Pokharel de Global Bahumukhi Sahakari Sanstha Ltd, Nepal es un poco menos pobre. Aunque la primera impresión no fue especialmente buena -él y sus colegas estaban un poco achispados tras pimplarse un par de botellas de vino-, entablamos conversación porque habían estado en Valladolid en 2012 en una cumbre mundial de micro financiación. Lástima que en la cena de gala vallisoletana, donde fueron recibidos por la reina, les pusieran ternera, que no pudieron catar por ser hindúes...

Al día siguiente quedamos para desayunar, ver sus oficinas, y que nos explicaran la extensión de su proyecto. Se trata de una cooperativa de microfinanciación con 12.000 miembros, de los cuales el 90% son mujeres, pues son más responsables, trabajadoras y suponen el sostén de la familia. Vamos, que los hombres tienden a beberse los créditos, mientras que las mujeres lo ponen a buen uso. Las líderes de cada zona se encargan de recoger el ahorro de las mujeres, 200 rupias o aproximadamente 2 $ por persona y mes. (Las líderes reciben como pago 500 rupias, además de 100 rupias por el
La recepción fue fantástica, sari y maquillaje incluído!
transporte y 50 rupias para teléfono.) Ese dinero del ahorro sirve para financiar proyectos de los miembros de la cooperativa: tiendas, pequeños negocios, compra de herramientas, cría de palomas, etc. La cooperativa cobra unos -a mi modo de ver- altísimos intereses del 24% sobre préstamos, aunque es verdad que paga un 17% sobre el ahorro. De los créditos recibidos responde en primer lugar la persona que lo recibe y en segundo lugar sus vecinos. De esa forma, más del 95% de los créditos se devuelven. Además de los créditos ayudan y aconsejan sobre nuevos negocios, y dan educación general, de higiene, etc. Su página de Facebook es Global Bahumukhi Sahakari Sanstha Limited y buscan voluntarios para trabajar en la zona, donaciones e ideas. Si a alguien le apetece contribuir o irse a currar a Nepal una temporada...

Acampando con estilo
De ahí seguimos hacia el este. Una noche acampamos en Koshi Tappu junto a un parque nacional especializado en aves..., aves cuyos graznidos, silbidos, cortejos y ruidos varios no nos dejaron pegar ojo en toda la noche. Bueno, mejor que sean las aves que los coches.

Y, poco a poco, ya en la carretera principal, nos fuimos acercando a Kakarbhitta, frontera con el noreste de India, desde donde os escribimos.

Un abrazo



Nos dijeron que era una novia! La vimos saliendo de su casa. En Nepal la edad legal para casarse son 20 años, 18 con el consentimiento paterno, Pero casan a más del 40% de mujeres/niñas antes de esa edad. Con el terremoto, la organización "Girls not Brides", esperaba que la cifra subiera por lo vulnerables que muchas mujeres y niñas habían quedado.
Detalles de los templos nepalís
Eterno pasatiempos de los monos
El transporte en Katmandu era una locura. A las horas puntas la mayoría de vehículos iban como el de la foto. A ver quién es la guapa que va al gimnasio después de pasar el trayecto a casa haciendo brazos.
Rickshaws a la espera de clientes en la parte vieja de Katmandú
Baktapur. Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Cada vez se ven más turistas chinos por todo el mundo. Curiosos algunos!
La vida continuaba en la cuidad de Baktapur, fuertemente dañada por el terremoto. Yo no estaría nada tranquila en esas pequeñas tiendas.
De la colección "pantalones vendo, que para mí no tengo" ;)
En Nepal mucha gente sobrevive con pequeños no, pequeñísimos negocios. Vendiendo cacahuetes, bolsitas de tabaco, cuatro verduras,....
Los accidentes en Nepal siguen dejando cantidad de muertos. Los autobuses siguen llenándose muy por encima del límite establecido.
Proyectos financiados por japoneses hacen que veamos puentes sólidos que unen pequeñas aldeas con la carretera principal
Una carretera financiada por los japoneses. Nueva. Una gozada.
El "autobús" del cole
Leones y dragones protegen la entrada a numerosos templos, y son venerados y "alimentados" diariamente. En la foto con un dulce en la boca.
El lugar donde vivió Sita, la futura esposa de Rama, de la épica Ramayana. En Janakpur. Las mujeres se visten con sus mejores saris para visitar este lugar.
Al cine vamos poco. Pero tomarse un chai en cualquier calle concurrida de cualquier ciudad/pueblo nepalí es igual igual que ir al cine.
Transporte urbano
Estudiantes de Janakpur llenas de preguntas que no escatimaron. Muy majas y curiosas. Futuras doctoras.
En el campo vemos que la peor parte se la llevan mujeres y niños, siempre a cargo de los animales, los campos, la casa... pero no vemos esa otra realidad de Nepal, los miles y miles de hombres nepalís emigrantes en Dubai, Malasia y tantos otros sitios.
Foto medio repe, pero he sido incapaz de elegir!
Esperábamos ver más casas con la pintura típica de la zona, pero la verdad es que la pintura brillaba por su ausencia en la mayoría de las casas de bambú., paja y barro.
Cruzando un río entre búfalos, mujeres y niños.
La hora del baño del búfalo
Temíamos que no existiera puente sobre uno de los ríos que cruzaba una ruta de 90 kms que queríamos hacer. Efectivamente no lo había. Pero los restantes ríos que teníamos que cruzar tampoco tenían puentes. Sin mayor problema en esta época del año. Ni idea de cómo se las arreglarán en época de lluvias!
Hugo pinchando de nuevo? En este caso, rotura de la base de la válvula. Le pasa más de una vez.
En Nepal algunas bicis tenían lo que no habíamos visto aún en Asia, espejos retrovisores. Lo curioso es que no los usaban para ver el tráfico, sino para mirarse a ellos mismos! :)
Salirse de las carreteras principales es duro, pero mucho más divertido
Mercados que parecían africanos
A ver quién es el guapo que pedalea por aquí
Típica casa "decente" del sureste del Terai. Con porche y todo.
Salteando unos garbanzos en una cocina de leña.
Pescadores
Anocheciendo en nuestro camino al parque de Koshi Tappu
Apenas se ve, pero tenía el brazo lleno de dibujos hechos con henna. También son comunes en esta parte del mundo.
Tomates y tomates
La vendedora de cebollas. Le vimos hacer dos ventas, y en las dos ventas se le "cayó" una cebolla en el traspaso a las bolsas. Un movimiento super estudiado!
Sorprendidos llegando ya a la frontera con India en el este de la de tumbas que había en los bosques a los lados de la carretera. Nos dijeron que eran hindúes de una casta particular. Hasta ahora pensábamos que todos los hindúes eran cremados, a excepción de ciertos santones y monjes que son descuartizados y alimentan a buitres.
Quién no pedalea de pueblo a pueblo animada por todas estas sonrisotas!
C-u-a-t-r-o fueron los temblores que sufrimos en esta segunda parte de Nepal. El de 5.5, me dejó blanca.
Primer radio que partimos en el viaje, en la bici de Hugo. Y solo entonces nos damos cuenta de que de los 33 radios que llevamos desde la salida del viaje, ninguno es de la medida correcta! Afortunadamente uno "casi" lo era.
Y qué comemos cuándo paramos en medio de la nada? Lo primero es que comemos rodeados, unos 20 en el momento de la foto. Y luego el menú habitual son samosas (empanadas rellenas habitualmente de patata), machacadas en un plato y con un buen cazo de garbanzos o similar encima. De postre, el habitual té con leche, y si damos con dulces, suelen ser puro azúcar que sale de sus campos, genial para seguir pedaleando.

8 comentarios :

  1. Espectacular. Espero ansiosa vuestras crónicas de la India. Iremos alli en agosto. Me habeis dado una idea brutal: mi vecina se hara cargo de mi hipoteca por mi?? Preciosa Bego con el sari. Muchos besos. Cuidaros.

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  2. Interesante el proyecto de microcréditos de GBSS, en la estela de Grameen... Y tus reflexiones sobre las causas de tanta pobreza, Hugo. Y la edad de las novias... Y a pesar de todo, cuanta sonrisa... Abrazo grande. Iñigo

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  3. He disfrutado de sus palabras e imágenes como siempre :-) Me gustaría que podría ser "on the road again"!

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    1. If there is a will, there is a way... Quedamos en, no se, myanmar? Cheers

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  4. Yo sí que me repito.Pero es que me encantan las fotos - la de la niña/novia y la que estás arreglando la bici debajo de un árbol, especialmente. De los microcréditos ya sabía, pero que se hagan cargo los vecinos si alguien no puede responder, me parece muy interesante. Algo más para contar a mis alumnos. Gracias mil. Muchos besitos.

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