La imagen
que muchos tenemos de Etiopía es la de la pobreza y el hambre, de los niños barrigones cubiertos de moscas, de los paisajes desolados y yermos. Desde luego, pobreza se ve en las calles de Addis Ababa, en el campo, en las zonas turísticas, absolutamente por todas partes. Pordioseros, locos y desarrapados, descalzos, sucios y deformes, muchos tirados en mitad de la calle durante el día y más durmiendo en ella cada noche. Continuamente peticiones de ¡1 Birr, 1 Birr! (0,06€), de botellas vacías de agua, niños muy pequeños trabajando como limpiabotas, porteadores, arando la tierra... Sobre todo en el ambiente rural (más del 80% de la población) lo único que hay en exceso es pobreza. En consonancia, la ayuda extranjera representa más del 90% del presupuesto del gobierno.