Ni valses vieneses ni saltos de esquí en Garmisch Partenkirchen. Nosotros estrenamos el año 2018 pedaleando primero desde la capital bruneana, Bandar Seri Begawan, hasta el puerto, y después en un bote rápido hasta la isla malasia de Labuan. Esta isla es una zona libre de impuestos en la que comprar alcohol, tabaco, chocolates y perfumes, a la par que un lugar de juergas y excesos alcohólicos de los shariacogotados habitantes de Brunéi. Tras una noche de descanso, en la que no hubo ni alcohol, ni tabaco, ni chocolate, pero sí el embriagador perfume de nuestras muy usadas y sudadas vestimentas, otro ferry nos transportó hasta la costa de la provincia de Sabah, también en Malasia. Desde ahí unos días de sufrido pedaleo bajo el abochornante calor y la copiosa lluvia habituales en el trópico nos acercaron a la capital provincial, la costera Kota Kinabalu. Cariñosa y popularmente llamada KK, los típicos carteles, camisetas y recuerdos de "I love KK" son, para los hispanohablantes, una oda a la escatología.