El título de esta entrada estaba pensado para reflejar nuestra tardía salida de Donosti. Pero dada nuestra vagancia para escribir el blog (las musas no han querido acompañarnos de momento en el viaje)..., bueno, pues que también vale para un ¡por fin! escribimos.
Aunque en un principio estaba prevista para el 12 de mayo, para desesperación de familiares y amigos, que no veían el momento de perdernos de vista de una vez, cuestiones burocráticas retrasaron nuestra salida hasta el 3 de junio.