Lo decimos así, países germanos en plural, porque además de Alemania hemos pisado en varias ocasiones -estas fronteras son muy porosas- tierras helvéticas y mañana cruzaremos la frontera a Austria.
La Alemania del sur por la que hemos viajado es la quintaesencia de lo "típicamente alemán": las cervezas de medio litro, los pantalones de cuero (los folclóricos Lederhosen, ¿eh?, nada de sadomaso en la conservadora y católica Baviera), los bosques de pino, lagos y montañas, las blancas y recargadas iglesias barrocas, los pueblos de cuento..., y el maldito dialecto alemán del sur que no lo entiende ni su padre.